miércoles, 29 de enero de 2014

IRLANDA: Dublín. Visita light si llegas cansado del viaje.

Poneos en situación; cogéis un vuelo desde España a las 11.10 a.m. y llegáis a la capital de Irlanda, Dublín, a las 13.55 p.m. Es cierto que "el tema areopuerto" es realmente agotador para algunas personas y teniendo en cuenta que a finales de verano oscurece a las 19.00 p.m aproximadamente y en invierno a las 16.00 p.m, existen pocas horas de margen para comenzar a visitar la ciudad sin que caigáis rendidos a la primera de cambio. Por ese motivo, ofrecemos una visita más light para aquellos que hayan guardado al menos un poco de fuerza.



Nosotras, como ya contamos en anteriores post, nos alojamos en "The Gresham", que afortunadamente se sitúa en el pulmón de la ciudad, O´Connell Street. (www.gresham-hotels-dublin.com/‎) Con lo cual, en escasos minutos te plantas en Henry Street, una de las principales calles para hacer compras. ¿Cómo podéis situarla sin mirar un mapa o un gps? Es fácil. Simplemente tenéis que mirar al cielo, y allí dónde veáis una luz, tenéis que dirigiros.



Se trata del Monumento de la Luz o Spire of Dublín, también llamado más ordinariamente por los irlandeses, Millenium, por haber comenzado su construcción en 2002. Esta larga escultura de acero inoxidable se encuentra en O´Connell Street en su cruce con Henry Street, considerándose con sus 120 metros la escultura más larga del mundo.

Fue construida en un lugar estratégico, dónde se encontraba la escultura de Nelson, en honor al almirante Horatio Nelson, que fue destruída en 1966 por una bomba del IRA.

Nuestra parte favorita de los viajes es mezclarnos con la gente, conocer rincones estratégicamente ocultos, y pequeños lugares con encanto. ¿Como? Paseando.



Al entrar en Henry Street desde O´Connell Street hay a la derecha un pequeño mercado ambulante, dónde encontraréis flores naturales, fruta y verdura fresca, pescado, carne e incluso una vieja tienda de discos.  A nosotras personalmente nos apasionan las flores. ¡Y allí son baratísimas! Estamos seguras de que si viviésemos en Irlanda, nunca faltarían en nuestro salón.


En la carnicería te puedes encontrar al carnicero convenciendo a sus clientas para que se lleve un pollo de la manera más divertida, paseándolo por la encimera a dos patas como si tuviese vida propia. Imaginaos la cómica situación. Hubo un momento en el que estábamos con la naricilla pegada al cristal como dos niñas que ven una montaña de caramelos. ¡Los Irlandeses son la simpatía personificada!
Si continuáis la ruta por Henry Street encontraréis tiendas que escasean o no hay en España: River Island, Mark & Spencer o Forever 21, que se convirtió con sus tres interminables plantas en nuestra favorita. Amantes de la moda, no podéis dejar de pasar por ahí. Si queréis comprar sourvenirs, la mejor opción es Carrolls, dónde encontraréis de todo y al precio más asequible. (www.carrollsirishgifts.com/)‎

Cuando se os haga de noche, no dudéis en entrar en uno de los tantos pubs de la ciudad, y tomar la típica cerveza negra. Para que os entiendan deberéis pedir una Guinness Stout. Y si no sois muy cerveceros o el toque amargo de la Stout no os apasiona, pedid una Black Currant Stout, una cerveza con un toque mágico ¡y exquisita!





Ya descansados en dicho pub tras la caminata, si queréis llegar al Hotel e ir a la cama directamente, lo mejor será que cojáis un plano de Dublín y dispongáis lo que vais a hacer al día siguiente. ¿Preparados para el comienzo de la aventura?




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