miércoles, 12 de marzo de 2014

MARRUECOS: Tetuán, en un día.



Tetuán desde una azotea


Conociendo la ciudad: Tetuán (en árabe: تطوان Tiṭwān; del tamazigt: Tiṭṭāwen, plural que significa 'los ojos') y en ocasiones conocida con el sobrenombre de "La paloma blanca", es una ciudad del norte de Marruecos, ubicada en las proximidades del mar Mediterráneo, cerca de Tánger y de la ciudad española de Ceuta. En este último viaje nos dimos cuenta de que a la entrada de la ciudad hay un par de esculturas de palomas.

Clima: Mediterráneo.

Habitantes: 320.539 habitantes, según el censo de 2004.

Idioma: El idioma principal es el árabe y el segundo idioma, a diferencia del resto de Marruecos (dónde prevalece el Francés) es el Español.


Tetuán es el lugar ideal para tener un primer contacto con Marruecos si nunca has viajado a este país. Hay muchas personas a las que el choque de culturas les parece tan exorbitante que si la primera vez que visitas el país vas a Marrakech por ejemplo, pueden quedarse un poco bloqueados los primeros días. Nada de que preocuparse. A nosotras también nos pasó.




Nuestra estancia en Tetuán duró dos días, aprovechando el puente de Andalucía. Nos alojamos en el HOTEL BLANCO RIAD, un sitio idílico en el centro de la Medina de la ciudad, al que se accede por una callejuela en la que encuentras una mezquita, una sastrería, una peluquería, un restaurante, una panadería y otro hotel más. ¡Quién diría que en una calle de a penas dos metros de ancho puede haber tantas cosas! La asistente de dirección del Hotel, Asma es encantadora. De hecho nosotras teníamos contratada una habitación de las pequeñas y nos regaló una mediana por haber estado hablando durante el tiempo que duraron las gestiones del viaje. La dueña del Hotel, Maribel, es española, y es una mujer que no está encima tuya durante la estancia, te deja espacio, y eso se agradece. El desayuno, típico del lugar con panecillos hechos a mano y zumo de naranja natural. La cena, (que escogimos en nuestro caso por la media pensión) cuenta con un menú elaborado y exquisito de dos platos y postre que va variando según los alimentos que haya en el mercado ese día. El Hotel cuenta con 8 habitaciones, bastante bien equipadas y a un precio muy asequible.

Como algunos ya sabéis la frontera Ceuta - Marruecos es un poco caótica y nosotras optamos por utilizar el transporte del hotel, 2 taxis en este caso. Os recomendamos que habléis con la gente, les preguntéis, porque ellos tienen muchas ganas de aprender y enseñar. Nuestro taxista, encantador, por cierto, nos iba explicando todos los lugares por los que pasábamos antes de llegar a nuestro destino: El Rincón M´Diq, el puerto de Cabila, la playa...

Al llegar al hotel, nuestro guía Abdu nos estaba esperando para mostrarnos la ciudad. Si no conoces el lugar (nosotras lo conocíamos y aún así agradecimos que Abdu nos enseñase cosas que desconocíamos), lo mejor es contratar un guía, pues por un buen precio te lleva a muchos lugares en los que no te atreverías a entrar, a un paso rápido y además evitas que nadie te agobie en los alrededores.


Aceitunas
Especias

Hicimos la ruta de El Tiempo entre Costuras, el libro de María Dueñas y posterior miniserie en Antena 3. Abdu nos mostró los lugares claves dónde tuvo lugar el rodaje. Después de esto nos enseñó todas las puertas de entrada a la medina. Callejeamos perdidos entre los aromas de Marruecos. Cerrabas los ojos y de repente olías a pan, a pescado, a carne, a queso fresco, a aceitunas, a fruta, a piel... ¡Es increíble la sensación! Visitamos además el Barrio Judío, el cementerio, una cooperativa de alfombras con una de las mejores vistas de Tetuán y lo que más nos impactó, los curtidores. El olor era bastante desagradable y echamos de menos esa ramita de hierbabuena que dicen que te dan al entrar. Un mito. Pero aún así, intentas no poner mala cara cuando pasas por ahí y saludas con tu mejor sonrisa a los trabajadores. 

Hombre curtiendo la piel
Curtidores

Almorzamos en El Reducto, hotel que se encuentra en la misma callejuela que el nuestro dónde nos hemos hospedado anteriormente. Su dueña, Ruth, también es española. Otro lugar dónde se come bien, o es ideal para una tapa y una cerveza, (son de los únicos lugares en los que se sirve alcohol, aunque para nosotras sea prescindible), es La Casa de España, restaurante y salón de fiestas durante el protectorado español en el Norte de Marruecos.

Por la tarde, dimos una vuelta por la zona de la medina que ya conocíamos sin adentrarnos demasiado, y después fuimos a una cafetería exclusiva de la ciudad dónde tomas un té en un vaso de tubo y un dulce por menos de 1 euro. Dicha cafetería se encuentra en la Avenida que va desde el palacio Real a la Plaza del Primo. Concretamente una calle antes de la plaza, a la derecha. 

Visitamos además la Casa de España, dónde nos trataron de lujo, y hasta nos pusieron la televisión española. 

Llegamos exhaustos al hotel tras un día realmente agotador, y lo mejor que pudimos hacer es darnos un masaje en la espalda para relajar los músculos. El hotel también dispone de masajista. Un masaje de media hora son 18 euros, cuando lo normal en España es el doble. 

Tras nuestra cena de tres platos, exquisita, nos duchamos ¡y a dormir! que al día siguiente nos íbamos de excursión y cuando viajas un fin de semana lo que menos puedes hacer es desaprovechar el tiempo. Eso sí, no os asustéis si os despiertan a las 5.30 de madrugada, es la hora del rezo, y el minarete de la Mezquita está justo encima del Hotel. ¡Merece la pena este viaje! 



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